Quinto día del segundo mes del año.

Era el quinto día del segundo mes del año, las tropas estaban exhaustas y éramos pocos, las hordas del norte nos tenían casi rodeados y triplicaban nuestro número, rápidamente, nuestro Daimyo Seth Sosuke Sagarasuke ordenó dispersarse y cazarlos como si fuesen ovejas entre salvajes lobos.
La estrategia de los ejércitos del norte era mantenerse unidos pues así eran más fuertes, pero la rapidez y letalidad de nuestras tropas había hecho dispersar a las hordas enemigas, lo cual para ellos no era bueno.

Deteniéndome por un momento podría observar aquella carnicería, Takeshi, el más experimentado de los asesinos llegaba sigilosamente y traía cabezas como si fuese temporada de siembra de arroz. Yamata No Orochi, un Botan ya bastante antiguo parecía comprender el comportamiento de Yu, el yari corto que había sido ... forjada hace poco tiempo, casi parecía danzar junto a Tenza Zangetsu que con su Naginata se agitaba como si el viento y las olas se apoderasen de él. Seth Sosuke en furibundos gritos arremetía impetuosamente contra barbáricos grupos quienes lo rodeaban y de allí solo se veía resaltar la sangre hasta que el último cayese.
Su hijo, Seth Kuroi Tenshi, lastimado horas antes, sólo podía observar como su ejército devoraba al gigante del norte y en un grito victorioso sus espadas en alto resaltaban en el horizonte que atardecía.