En las batallas anteriores perdí las hojas donde escribía cada semana, solo pude recuperar las hojas donde escribí sobre el segundo mes… ¡Haaaa!... Tantas cosas pasaron en estos cuatro meses pero poco puedo recordarlo.
Los guerreros del norte y los seres del continente perdido se habían establecido en regiones paralelas y nosotros, estábamos en medio, grave error, para ellos. Grandes guerreros habían llegado desde tierras cercanas para unirse a nuestro ejército, Okami Maru, un aprendiz de las artes oscuras que odiaba tanto a los invasores como nosotros, Daichi un joven algo impetuoso con un corte de cabello extraño, pero tenía un espíritu tan fuerte como para mover montañas.
Nuestro Daimyo continuaba con su mirada fría y misteriosa en los momentos que la dirigía hacia el lejano horizonte esperando las tropas enemigas que en cualquier momento estarían allí, aunque éramos varios hombres y con grandes ánimos, hasta nuestro Daimyo carecía de armadura pues todas se habían roto y dañado en guerras anteriores y puesto que estábamos tan lejos de la capital de Kyoto que nuestras protecciones podrían durar meses en llegar, lo favorable era que el haber luchado y ganado tantas batallas sin armadura había fortalecido más a nuestras tropas, pero algunos inseguros estaban pidiendo usar las armaduras de nuestros caídos enemigos.
- ¡Olvídenlo!... ¿Cómo Osáis pensar eso?... ¿Acaso querríais que después de caídos vuestras pertenencias fuesen arrancadas para luchar en contra de vuestra misma estirpe?- Dijo nuestro Daimyo.
- Nosotros no necesitamos armaduras, somos el glorioso Clan Kyoto, en nuestro estandarte hondea el dragón blanco que nos provee de sabiduría, recordad que el dragón solo se le permite usar a grandes héroes y al emperador y justamente nos lo han permitido a nosotros y no veo a nuestro emperador aquí, así que honrad a vuestras familias luchando como los verdaderos guerreros que somos, nuestras armaduras nuevas llegarán en unos días y solo las usaremos para que nuestras familias duerman con tranquilidad. Agregó Tensa.
- Así que quejaos cuando os falte el delicioso Zake de ésta región o cuando las mujeres dejen de darles vuestros "favores" a valientes guerreros como ustedes, pero quien siga temiendo por el hecho de no tener armadura, es mejor que vuelva a su casa donde tal vez muera como un anciano cobarde. Dijo Seth Sosuke nuestro Daimyo levantándose lentamente mientras todo el ejército presente en silencio realizaba una reverencia hasta que entró en su tienda de campaña.
Repentinamente salió un grito de aquella tienda mientras que se movía impetuosamente, antes de nosotros reaccionar entrando en ella nuestro señor salió de allí con un cuerpo sobre sus hombros, un cuerpo que vestía de ropas negras.
-Pero mirad lo que me encontré – Dijo sonriendo mientras dejaba caer el cuerpo sobre la tierra. –Nuestros enemigos creen que soy un hueso fácil de roer al parecer… ¡Jajajá! Lo único que me da lástima es que tuve que asesinarlo usando mi tessen(Abanico de guerra) y ha quedado estropeado por completo, al igual que el cuello de ese sujeto; en fin, mejor andad todos a dormir, que supongo que esto es señal de que mañana será un día largo.- Agregó Seth Sosuke mientras entraba nuevamente a su tienda; Nuestra sorpresa fue grande al notal que el asesino tenía la mitad del cuello rebanado por el tessen (Abanico de guerra) pero que el corte había sido tan limpio que la sangre apenas comenzaba a brotar.
Segunda parte 21 de Julio del presente año.